TU FE MUEVE LA MANO DE DIOS

Pidamos al Espíritu Santo que nos revele su Palabra y que esta no sólo quede en nuestra mente, sino que baje a nuestro corazón, si tomas esta Palabra te garantizo que tu vida cambiará radicalmente.

Hebreos 11:1

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Jesucristo iba camino a la casa de un hombre llamado Jairo, un principal de la Sinagoga que tenía su hija enferma, una multitud rodeaba al Señor Jesucristo pero de pronto algo lo detuvo: ‘Pedro, quién me está tocando’ fue lo que dijo, ‘siento que salió poder de mi’, entonces una mujer que había estado enferma de flujo de sangre durante 12 años vino temblando delante de él, contó su situación y cómo había sido sanada cuando tocó el manto del Señor Jesucristo, entonces él dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.(Lucas 8)

Tu fe hace que Jesucristo se detenga, a Dios no lo mueve la desesperación o el problema que puedas tener, tampoco lo mueve la enfermedad o tu necesidad, a Dios lo mueve tu fe, es decir si crees que Dios puede hacer algo en el asunto entonces él obra. Lo que detuvo a Jesucristo fue la fe de esta mujer, no fue su enfermedad o la ruina en la que estaba porque dice la biblia que había gastado todo lo que tenía en médicos, pero cuando escucho que Jesucristo iba a pasar por ahí, ella dejo todo, venció todos los obstáculos, sólo tenía un pensamiento: ‘si toco el su manto seré sana’. Eso es fe, ella tenía esa certeza y esa convicción de algo que todavía no sucedía pero que iba a suceder. Tu fe hará que obre el poder de nuestro Señor Jesucristo.

Hebreos 11:6

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan

Si no tienes fe no puedes agradar a Dios, es urgente que aprendas esto: si te acercas a Dios tienes que creer que él está, si le pides algo a Dios tienes que creer que él te escucha y que te responderá, el problema es que muchas veces él nos responde de la manera que no esperábamos y ahí vienen los problemas. Dios responde cuando él quiere y como él quiere.

Hebreos 11:7

Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

Imagina a Noé, más de 100 años construyendo el arca, sin lluvia y con la gente que se burlaba de él, eso es tener fe, él sabía que Dios iba a cumplir su promesa.

La fe te obliga a esperar la respuesta de Dios, si Dios te prometió algo él cumplirá, espera no seas apurado.

Muchos creen que Dios no les habla, otros están esperando que alguien les profetice de parte de Dios, y eso está bien por una parte, pero si ningún hombre de dijo nada, no te preocupes porque Dios te dejo miles de promesas en la biblia que son para ti, sólo créelo y aprópiate de ellas.

Tienes que someter tus pensamientos a lo que te dice la Palabra de Dios: ella dice que por las llagas de Jesucristo eres sano, ella dice ‘amado yo deseo que seas prosperado en todo y que tangas salud así como prospera tu alma’, ella dice ‘todo lo puedo en Cristo que me fortalece’, ella dice ‘Jehová es mi pastor, nada me faltará’, ella dice ‘todo lo puedo en Cristo que me fortalece’ y miles de promesas más. En eso debes de creer, no creas en lo que te dicen tus pensamientos cuando las cosas no están yendo bien, tú cree en lo que dice la Palabra de Dios, cree en las promesas que Dios ya te hizo y recíbelas.

Tu fe mueve la mano de Dios.

Creemos en Jesucristo por fe, por fe sabemos que hay un solo camino para llegar a Dios, a través de Jesucristo, él dijo en Juan 14:6: ‘yo soy el camino la verdad y la vida, nadie llega al Padre sino es a través de mi’, por fe recibimos el Espíritu Santo y estamos llenos de él, si por primera vez escuchas de Jesucristo, haz esta oración por fe, creyendo que Dios está aquí:

‘Señor Jesucristo creo que siendo Dios te hiciste hombre, moriste por mis pecados y al tercer día resucitaste de los muertos, me arrepiento de todos mis pecados y te pido perdón por cada uno de ellos, te recibo en mi corazón y te acepto como mi Señor y Salvador personas, haz de mi una nueva persona y lléname de tu Espíritu Santo. Amén’.

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