“Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo”. (2 Corintios 11:3 NVI)
2Co 11:3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. (RV)
Uno de los más grandes
enemigos en estos tiempos, uno de los
principales causantes de muchas vidas sin propósitos, sin sueños es la falta de
compromiso con Dios.
Nuestro
Creador y Dios es Creativo, derrama Sueños.
Los sueños son ideas
creativas que nos regala El Señor para que las desarrollemos,
Ejemplo: José
Somos tan emocionales, somos
tan inestables que no perseveramos. Por ejemplo en los cultos dónde Dios habla una
cosa y nosotros salimos dispuestos a
morir si fuera preciso por la causa de Cristo. Pero pasa un par de horas y todo
ese fuego se apaga. Y sucede que no tenemos un verdadero compromiso con Dios.
Muchos de nosotros queremos
servir al Señor a nuestra manera. Queremos muchas veces predicar al del mundo, cuando ni siquiera podemos predicarle a nuestros vecinos.
Muchos de nosotros queremos tener muchos discípulos, pero en realidad no
queremos pagar el precio de dedicarle nuestro tiempo al Señor. Muchos queremos
que caigan las cosas del cielo, nuestra unción, nuestro ministerio, nuestro
llamado, pero así no es.
El más claro ejemplo de compromiso
con Dios lo encontramos en la
Historia de David. Hablemos de Saúl, el rey que vino antes.
Saúl era hermoso, lleno de talentos, el más alto de toda su tribu y fue ungido
rey.
En un principio se
comprometió a seguir al Señor con todo su corazón, Pero en el momento en que
sus intereses fueron afectados, en el momento en que empezó a creer que era por
su fuerza, por sus talentos, que había sido elegido rey, en el momento en que
no quiso entregar y rendir su vida totalmente a la autoridad de Dios, es precisamente
allí cuando pierde su reino.
Por otro lado, tenemos a
David, un simple pastorcillo de ovejas, un adolescente, tan jovencito, cuidando ovejas en los pastizales
más alejados de su familia, quizás ellos sentian vergüenza
de decir que era su hijo.
A lo largo del relato, vemos que nadie pensaba que David fuera candidato siquiera a dirigir un rebaño de
ovejas menos dirigir a un pueblo.
Lo que las personas no sabían
era que desde hacía un tiempo, David había entregado su vida al Señor. En
soledad, en medio de las ovejas, sus únicas compañeras, es que David
empieza su gran llamado.
Una vez es ungido rey, David
no asume directamente el reino, sino que viene un proceso de confirmación
acerca de su llamado. Dios quería probar el corazón comprometido de David.
Es así que mata a Goliat, se
convierte en el yerno de Saúl, hace una amistad eterna con Jonatan, huye y
escapa de Saúl y llega a refugiarse en una cueva.
Para este momento habían
pasado alrededor de 15 años desde que David es ungido rey por el profeta
Samuel. 15 años desde que Dios le dice a este jovencito que sería el que
lideraría a un pueblo poderoso y que impactaría la historia para siempre.
En la actualidad, existen
muchos como David. Tienen talentos, tienen llamados, tienen al
Espíritu de Dios, pero no quieren permanecer en un lugar fijo, no quieren pagar
el precio de desarrollar su ministerio en el lugar que Dios determinó para ese
momento.
Hay muchos otros que
solamente piensan en el futuro, solamente piensan en lo que harán con su vida,
en cuán exitosos serán, olvidándose de su llamado, de su ministerio el día de
hoy. Diga conmigo Dios me necesita en este preciso instante.
David tenía un compromiso
serio con Dios, es por eso que no abandonó el lugar donde Dios lo había
colocado, a pesar que quizás tuvo muchas oportunidades de hacerlo.
Muchos de nosotros queremos
llegar a lugares de privilegio, sin pagar el precio de trabajo duro,
consagración a Dios y cambio de vida. Muchas personas quieren cantar o
danzar frente a las personas, pero no
quieren cambiar sus vidas. Muchos quieren predicar en los cultos, en las
congregaciones, pero no quieren predicarle a algún hermano que pasa
dificultades.
El compromiso con Dios
implica lo siguiente:
Decisión de seguir al Señor
para siempre
Autoridad para enfrentarnos
a nuestros temores
Valentía para permanecer en el lugar donde Dios nos pone
I nmenso amor que derrama Dios en ti por
las almas perdidas
Demostración de FE en que Dios nos
ayudará, pese a las circunstancias
Una vez que David, pasó por
estas pruebas, el Señor abrió las puertas para
desarrollar plenamente su llamado, su propósito.
Debemos reconocer, que aunque
David, tuvo muchos defectos, éstos no le impidieron vivir comprometido
seriamente con Dios.